LA BAHÍA DE LA HABANA

Después de una breve introducción a las bicicletas, el ajuste al tamaño del cuerpo individual, la información sobre el estado de las carreteras cubanas, seguido de información sobre las normas en el tráfico de la ciudad cubana, nos pusimos en marcha con las e-bikes en nuestro recorrido de descubrimiento en la dirección de Bahía de La Habana. Los medios de transporte en Cuba son, en general, diferentes a los que estamos acostumbrados, lo notará rápidamente.

La ruta con nuestras e-bikes nos lleva hoy al otro lado del agua, al lado parcialmente olvidado de la palpitante metrópolis de La Habana, al centro de la santería y del antiguo comercio de esclavos. Esta parte oriental de la Bahía de La Habana ha conservado en gran medida su encanto original y apenas es frecuentada por los turistas, ya que muchos ni siquiera saben cómo llegar a esta parte de La Habana. Prepárese para una nueva aventura en nuestras rutas más bien inusuales.

Esta ruta le inundará de impresiones de la auténtica vida cotidiana cubana. Se sumergirá en el mundo de la santería importado de África con los esclavos, y el mismo día conocerá cómo se protegía la metrópoli de los ataques exteriores en el pasado. Al otro lado de la fascinante metrópolis de La Habana, se ha conservado gran parte de su historia. Las paradas en algunos de los lugares más y menos conocidos son, por supuesto, una parte integral de esta ruta nada ordinaria.
Comenzamos en dirección a La Rampa, a lo largo del antiguo Hilton, que fue bautizado como Habana Libre poco después de la revolución, y del Hotel Nacional, donde la mafia solía hacer de las suyas. Por el Malecón, del que muchos dicen que es el paseo marítimo más bonito del mundo, nos dirigimos directamente a la terminal de ferrys de La Habana. Allí tomamos una lanchita, como los cubanos llaman cariñosamente a sus transbordadores portuarios, que son utilizados casi exclusivamente por cubanos. Nos lleva al otro lado de la Bahía. Visitamos la Iglesia de Nuestra Señora de Regla. Después nos dirigiremos a Guanabacoa, donde conoceremos el carro más antiguo de Cuba y al mismo tiempo nos adentraremos en la temática de la santería. Las impresiones que recogemos en el camino de la Bahía hacia El Cristo permanecerán inolvidables. Cojimar, en la costa este, no debe faltar en este recorrido. Un pueblo de pescadores que fue visitado a menudo por Hemingway. El Cristo nos espera, una vista de La Habana insuperable. Tenemos la oportunidad de visitar la Comandancia del Che con su mobiliario original, antes de dirigirnos a la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña y al Castillo de los Tres Reyes del Morro y tomar la Lancha en Casablanca hacia La Habana. Ese día también nos abasteceremos de minerales, vitaminas, proteínas, hidratos de carbono, líquidos, etc., la única pregunta es dónde. Eso depende en cierto modo de la velocidad de nuestro viaje y del tiempo que pasemos en los distintos lugares de interés, bastante atractivos. Si cenamos en el lado este de la Bahía, incluso se puede degustar una salchicha al curry al estilo alemán o probar la clásica cocina cubana. Si cruzamos la bahía con tiempo gracias a nuestra enorme velocidad de crucero, solemos llenar nuestros hambrientos estómagos con delicias culinarias en el Buena Vista Curry Club para recargar nuestras agotadas energías. Después de regresar a la metrópoli, cruzamos un poco más de Habana Vieja, conocemos algunos lugares históricos en el camino hacia el Malecón y finalmente regresamos a nuestro punto de partida.

Las impresiones que recogemos en el camino de la Bahía hacia El Cristo permanecerán inolvidables. Cojimar, en la costa este, no debe faltar en este recorrido. Un pueblo de pescadores que fue visitado a menudo por Hemingway.

El Cristo nos espera, una vista de La Habana insuperable. Tenemos la oportunidad de visitar la Comandancia del Che con su mobiliario original, antes de dirigirnos a la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña y al Castillo de los Tres Reyes del Morro y tomar la Lancha en Casablanca hacia La Habana. Ese día también nos abasteceremos de minerales, vitaminas, proteínas, hidratos de carbono, líquidos, etc., la única pregunta es dónde. Eso depende un poco de la velocidad de nuestro viaje y del tiempo que pasemos en los distintos lugares de interés. Si cenamos en el lado este de la Bahía, incluso se puede degustar una salchicha al curry al estilo alemán o probar la clásica cocina cubana. Si cruzamos la bahía a tiempo gracias a nuestra enorme velocidad de crucero, solemos llenar nuestros hambrientos estómagos con delicias culinarias en el Buena Vista Curry Club para recargar nuestras agotadas energías. Después de regresar a la metrópoli, cruzamos un poco más de Habana Vieja para conocer algunos lugares históricos en nuestro camino hacia el Malecón, y finalmente regresamos a nuestro punto de partida.